miércoles, 9 de junio de 2010

Viviajes

Ni puta idea de a dónde lleva esto, tampoco me acuerdo de dónde empezó... Sólo sé que lo que me gusta es el viaje que es lo único que puedo decidir: girar a la derecha o a la izquierda, seguir recto o torcerme, perderme y encontrarte, andar y desandar, compartir la senda o no...
El rumbo y la destinación son irrelevantes pues en la mayoría de los casos nunca se alcanzan, no hay un camino, que ya lo avisaba Machado.
Y cuando me detengo, entiendo que soy como los demás, que no camino, que sólo estoy huyendo de la soledad.

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