lunes, 15 de octubre de 2012

Habitaciones

Lo malo de las habitaciones es que los pensamientos rebotan en las paredes y si te despistas pueden darte un buen golpe en la cabeza. Eso pienso, sí. Las cuatro paredes están subestimadas, tanto que hay alguno que cree que un techo es un refugio. Sí, sí. Pero yo las conozco, las habitaciones son muy traicioneras: las hay que dejan la puerta abierta a la nostalgia, las que se olvidan de dejarte salir y las más peligrosas son las que te aislan, las que no te dejan ver lo que hay más allá de tus narices. Cielo descubierto. Me subo al tejado que ahí lo único que se te puede caer encima es el mundo.