jueves, 16 de enero de 2014

Herejía

Muchedumbre teñida de rojo. Centuriones centelleantes me ciegan. Espinas que atraviesan mi cabeza y apagan mi conciencia. No olvides quién eres. Redentor. Está escrito. ¡Salud, rey de los judíos! Aúllan. Rey de los judíos. Rey de los judíos. Perros, perros, malditos perros que habéis preferido a Barrabás. Perdóname. Perdón, perdón, perdón. Perdónales, Señor. Sólo veo bestias. Desfigurados. Aquelarre. Iscariote, traidor. Esta cruz es tu destino. Entre ladrones. No, no, no debo. El perdón es el único camino. Misericordia. Perdón. Un rostro humano entre la multitud. María de Magdala. Sus pechos de mármol, sus caderas de nácar. No llores, Magdalena, el Padre me espera. El Cielo me espera. Cielo teñido de ceniza. Salvación. Pronto, pronto, ya pronto. Treinta y tres años. La eternidad. La eternidad sin Magdalena. La soledad. Nuestra condena. ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? Aguijones en mi garganta sin voz. Sabor a hiel y a sal. Moriré en este valle de lágrimas sin esperanza. Magdalena. Manos de terciopelo. ¿Dónde está mi fe? Ninguna vida vale la de otro. Fe. Fe. Fe. Yo creo, yo creo. Lo veo. Lo veo. Veo. No veo. Caigo. No veo nada. Tinieblas. Lenguas de fuego. Fuego. Me arden las manos. Los pies me hierven. El corazón se enfría. Frío metal. Señor, dame fuerzas. Fuerzas. Fuerzas. Coraje. Rey de reyes. No, no, no, no. ¡No! Por favor. Sólo soy un hombre. He mentido. Me he mentido. Es todo mentira. Un hombre cualquiera. Siempre lo fui. Un hombre perdido. Un pecador. Un falso que teme a la muerte. No soy nadie. Un rey cobarde. Piedad. Ven a salvarme, padre. Padre, padre. Muero. Señor. Señor, ¿dónde estás? Una señal. Nada. La nada. No hay nada. Nada y la nada. Y la nada. Nada. Nada. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Nada.

jueves, 2 de enero de 2014

Et puis je fume


"Fumo porque me da la gana." Edith no quiere ser buena. No quiere oír hablar de los límites que la bondad le impone. No será buena hija, ni buena madre, ni buena amante, ni buena esposa. Es humana y no se lo perdona. Ha fallado demasiadas veces y tiene la certeza de que volverá a ocurrir. La profecía se cumple, piensa. He matado hasta a mi sombra. Seguramente empecé a fumar para tener luz propia, la de un perenne cigarrillo en mi boca.
Tiene las manos manchadas de sangre y nicotina. Bañera, cuchillas y un cigarrillo incandescente.
Et puis je fume.