jueves, 29 de marzo de 2012

Conciencia social, solidaridad y ombliguismo


Que no tengo conciencia social, es una verdad.
Que no creo en el Hombre, Homo homini lupus, y su humanidad, es una realidad.
Que no ejerzo la solidaridad, es una verdad.
Que ideología está teñida de ignorancia y demagogia, es una realidad.
Que me miro el ombligo y vivo en la ajenidad, es una verdad.
Que se habla de derechos y se olvidan los deberes, es una realidad.
Que padezco de individualismo y conformismo, es una verdad.
Que este mundo tiene que cambiar, es una realidad.
Que soy de la escuela del mi, me, conmigo y no es excusa.

martes, 20 de marzo de 2012

Gato-jazz

Pequeña y ágil pantera te mueves a ritmo de swing. Pisadas negras y armoniosas. Escondes tus amarillos ojos en el humo de tabaco y tus caderas maúllan en el viento de la noche.
Yo también quisiera ser gato-jazz.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Warren Beatty

W. B. es lo más. No es que sea el más alto, ni el más guapo, tampoco el más listo, ni tiene los ojos más bonitos. Tiene unos ojos a través de los que me gusta mirar.
Parece que W.B. no se ha caído nunca; al menos, no cojea.
W. B. se lleva bien con la vida, han hecho un pacto: ella le recompensa porque él no la malgasta.

martes, 6 de marzo de 2012

Las tres hermanas

Dedicado a C.C., C.C., y G.C.

Son tres hermanas con mucho charme que dirían los franceses, pueblo al que detesto y admiro indistintamente. A primera vista, cuesta pensar que compartan genes pues su fisionomía y sus gestos indican lo contrario. Pero hay que ir más allá, ser más intuitivo para ver que las tres desprenden ese je ne sais quoi. Un quoi que consiste en una inteligencia que se vislumbra desde el primer verbo, honestidad en el fondo y en las formas, pues nada en ellas resulta impostado (no les hace falta) y una bondad que no cae en la simpleza.
Qué cosas, cualidades que escasean en el mundo atesoradas en una misma familia.


viernes, 2 de marzo de 2012

Pánico

Echa a correr. El viento araña su cara y el frío se le mete en la garganta. Es su instinto el que conduce sus movimientos y no puede parar: una pierna y después la otra. Tropieza, sus rodillas se clavan en el suelo. Dolor agudo. Se levanta y sigue avanzando, siempre hacia delante sin volver la vista atrás. No sabe de qué huye pero es el miedo el que marca el ritmo.
No ves que de tu sombra no puedes escapar.