lunes, 7 de noviembre de 2011

Luz de gas o la verdad oculta

¡Qué coño está pasando! Pues no era que todo estaba claro: razones, emociones, anhelos, cada uno en su correspondiente cajón y bajo el yugo de mi control. Argumentos, contraargumentos, motivos para actuar que parecen caballos desbocados que sólo saben huir hacia delante. Sentimientos sin clasificar, sin nombre ni identidad flotan a la deriva: marea de brea que todo lo mancha y lo confunde.
Ya no me creo nada, nada es lo que parece y detrás de cada puerta que abro, una verdad insospechada.
Me están haciendo luz de gas y la mano que mueve los hilos es la propia.