domingo, 2 de mayo de 2010

De cine



Clava sus ojos negros en los de ella y por efecto del magnetismo la atrae hacia sí. Le rodea la cintura con su brazo, inclinándola ligeramente sobre el mismo de manera que su ondulada melena cae despejando su rostro blanco y perfecto. Y mientras que el pie derecho de ella se va despegando del suelo, la boca de él se va acercando a los labios de ella para hacerlos desaparecer en un beso apasionado, de película.
Se encienden las luces y ya en el cuarto de baño, el espejo le devuelve un reflejo en blanco y negro. Tiene los labios manchados de carmín. Se palpa la boca levemente hinchada y la siente húmeda: le gusta que la ficción supere a la realidad.

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