miércoles, 12 de mayo de 2010

Desirée

"No es por vicio ni por fornicio, es por dar un hijo a tu servicio"- dijo él a modo de plegaria. Una oferta así no se puede rechazar pensó ella y se pusieron manos a la obra. Como no era por vicio la cosa no duró más de unos minutos, pero la naturaleza es así y el esfuerzo dio sus frutos. En nueve meses vino al mundo Desiré - nombre cursi donde los haya - y cuál fue la sorpresa de sus padres al ver a su retoño: una maraña de pelos de la que sobresalían cuatro extremidades amorfas. "Te lo dije,- le reprochó la mujer a su esposo - tendríamos que haber practicado más". Cuánta razón tenía Doña Pura, pero lo que ella no sabía era que no sólo les faltaba práctica, sino pasión.

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