Ahora mismo no sabría muy bien decirles dónde estoy. Hace días que mis ojos se han acostumbrado a la oscuridad pero sólo distingo contornos y algunas sombras entre la penumbra. Juraría que estoy solo pues lo único con lo que tropiezo es con mis pensamientos. Tampoco sé cuánto tiempo llevo aquí, pero empieza a hacerse largo, cada vez estoy más incómodo, más estrecho. Antes cuando me aburría me entretenía haciendo un poco de gimnasia, dando volteretas, y cuando me cansaba me dormía meciéndome, aprovechando las subidas y bajadas de marea. Bañarme en este líquido oleoso y templado era una delicia, me encantaba la sensación de desgranar las gotas de agua con mis dedos al nadar. Pero ahora, ahora como que me falta espacio, me cuesta respirar, y hasta el sonido de los latidos de mi corazón me irrita, pues no hacen más que retumbar en mi cabeza: pum,pum,pum...
Un momento, no veo nada! Sí, creo que veo algo...Luz...
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