Hay personas que están de paso y otras que vienen para quedarse, aunque no las vuelvas a ver nunca más. Son esas que encuentras antes de buscarlas.
Pocas pero suficientes son las personas que marcan, como pocos son los ojos que hablan y muchas las bocas que no dicen nada.
He oído por ahí que el alma pesa 21 gramos, pero ya te digo que algunos tienen un alma que pesa como plomo y a otros les pesa menos que una pluma.
Son elegidos, los que nos hacen creer en la Humanidad; el resto, vulgares Caín, entorpecemos su cometido.
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