viernes, 8 de enero de 2010

Yo-Yo

¿Desde cuándo me he vuelto tan egoísta? ¿Desde cuándo mi ombligo es el hilo conductor de mi vida?
Sólo pienso en auto-procurarme gotas de felicidad a cualquier precio, olvidando todo lo que me rodea, con la auténtica sensación de que estoy sola en la vida. Al tratar de sosegar mis ansias me aferro a momentos insignificantes y voy tejiendo historias alrededor de ellos, para tapar ese YO que tan poco me gusta. Pero, ¿cómo es posible que me pese tanto vivir? Y ¿cómo me equivoco tantas veces? Tantos planes, tantos anhelos y todos por cumplir. Y es que siempre he sido de los que atajan, sólo sé andar por el camino fácil.
Y qué sencillos son algunos placeres como el sexo. Deseo siempre presente, puede ser eterno o sólo durar unos instantes pero es de una intensidad abrumadora. Lo ves, lo hueles, lo oyes, lo tocas o simplemente lo sientes y las ganas están ahí y ya no puedes frenarte, yo no, por lo menos. Me beso, te besas, me muerdes, te muerdo, me muero…y ya me he vendido.
Porque yo, al llegar a un bar, siempre pido cama.

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