La Vida tiene que ser una teatrera, no puede ser de otra manera. Estoy convencida de que se lo pasa en grande con sus marionetas: ahora pongo esto en tu camino, ahora te lo quito, ahora te dirijo a un lado, ahora al otro, baila un poco... Ahora te dejo ser feliz un rato para que así el golpe de efecto sea mayor cuando llegue la desgracia. No lo digo por decir, a la Vida le gustan los melodramas, fijo. Tengan por seguro que sino nos dejaría dormir, follar y comer sin molestar.
Debe serlo, sí, yo también lo creo. Lo pensó Calderón en "El gran teatro del mundo".
ResponderEliminarAún así, los subibajas dependen mucho del papel que la Vida te haya dado: de celofán, de estraza, de liar, de escribir, de arroz, de crepé, cartón, reciclado, de cebolla, charol, de cocina, de embalar, de lija, fotográfico...
Lo peor es que toque el de papel higiénico. O sea que siendo positivos (que es como me gustaría ser) aún estamos de suerte.