martes, 9 de noviembre de 2010

Ascensor

En el ascensor. Luz de fluorescente -una luz que pese a ser más familiar que la del sol me resulta extraña. Se cruzan palabras, para llenar el vacío del aire: "Dame la mano. A ver..."
Y deslizó sus dedos sobre su mano, recorriendo la palma hasta llegar a las yemas. Uno a uno fue introduciéndolos en su boca, uno a uno los lamió, haciéndolos suyos.
Una mano la sofaldó, recorrió las medias, y la otra le agarraba de la nuca tirando de algún mechón de pelo atrapado entre sus dedos. Y poco a poco su cuerpo fue cediendo, transformándose en alas sus piernas. Liberados del nailon y la culpa se abalanzó sobre ella, una y otra vez el frío del espejo en su espalda.
En el ascensor. Luz de fluorescente-una luz que pese a ser más familiar que la del sol me resulta extraña. Se cruzan palabras, para llenar el vacío del aire: "Adiós. Buenas noches."

No hay comentarios:

Publicar un comentario