lunes, 27 de septiembre de 2010

Asterión


Cerró los ojos.
Camina de frente y se topa con un muro, gira a la derecha y se encuentra con otro, ahora a la izquierda, luego de frente, otra vez a la izquierda, retrocede, a la derecha, hacia delante, avanza, recula, derecha, se pierde. Desespera.
Abrió los ojos.
En el centro está la Pena, colgada del pecho, balanceándose de un lado a otro, burlona y amenazante. Asterión se secará las lágrimas, furioso, para que sus ojos puedan ver bien a su enemiga. Es una bestia y se batirá cuerpo a cuerpo con ella tantas veces como sean necesarias, para sentir una y otra vez el placer de levantarse y pelear.
Perderá. Así será.

1 comentario:

  1. Perder día tras día. Sin salida. Cotidiano jaque mate . Eternamente pierdes, jugada cual sea intentes.
    Y un día descubres la causa: eres aliado del enemigo y conoce tus flaquezas. La lucha es entre tú y tú mismo.
    Desde ese día, además de perder, te das asco.
    Pero ya no odias a tu enemigo: es un pobre diablo.

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