jueves, 8 de septiembre de 2011

Renacimiento


Por lo visto he vuelto a nacer. Como lo oyes. Sí, a mí también me sorprendió la noticia, y no sabía si creérmelo, pero son cosas de la vida. Eso me dijeron. Es cierto que en el espejo mi reflejo es otro y que poco recuerdo de mi vida anterior - tampoco me esfuerzo. Parece que sí, que es así, pero ni idea de lo que se hace cuando uno renace (qué gracia, una rima). Se supone que es una segunda oportunidad y esas cosas de novela pero a mí esto me viene grande; si no supe qué hacer con la primera. Me voy a ver si todavía me dejan devolverla.

2 comentarios:

  1. No se canse intentando volver a la anterior.
    No se conoce ningún caso en que una mariposa vuelva a hacer el proceso de crisálida y según la especie, también volver a hacer el capullo (la mariposa nocturna hace las 2 cosas, que son distintas -en serio-).
    Claro que la mariposa, al principio no sabe qué hacer con las alas pero casi instantáneamente aprende la maravilla de volar y desde lo alto determinar la mejor ruta. Y de su vida anterior, siempre recuerda que no hay jardín sin telas de araña ni telas sin bicho agazapado. No hay mal que por bien no venga, se dice.

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  2. ¡Ah, el Renacimiento cuán fecunda época en las artes fué!
    Luego, siendo usted una obra de arte espléndida (con sus defectos como toda obra de raíz humana), no me extraña que vaya renaciendo día si, día también.
    No se preocupe por las vidas pasadas y déjese fluir en las futuras. Cual energía, ¡transfórmese!
    Si bien le recomiendo no siga el camino del ave fénix y sienta la tentación de quemarse a lo bonzo para su siguiente renacimiento. Renacer si pero con el cutis intacto.

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