Un buen día se levantó y se dijo que querer era esperar. Esperar a que cambiara el viento, a que la vida fuera justa, solamente esperar. Y esperó, claro que esperó, tanto que se convirtió en estatua de sal.
Sr. anónimo, no pretendía ser tan pesimista-realista. Es más bien un aviso a navegantes: no espero más, pónganse a cubierto, se atormenta una vecina....
Hay días que hubiera sido mejor no levantarse. Ni nacer.
ResponderEliminarSr. anónimo, no pretendía ser tan pesimista-realista. Es más bien un aviso a navegantes: no espero más, pónganse a cubierto, se atormenta una vecina....
ResponderEliminar¡ Viento fuerza 6, olas de mar gruesa, arriad las velas!. Y tranquilos todos, que no hay tormenta sin calma.
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