lunes, 14 de octubre de 2013

La debilidad

Los pensamientos le invaden y como no los busca, los encuentra en medio de la noche. No puede dormir. La cabeza se le llena de absurdos.
Las paredes de este piso son de papel. El bebé de al lado maúlla como un desesperado. Estará desesperado por haber nacido.
Se ha desvelado y ahora tiene miedo de estar a solas con la noche. Desearía tanto despegarse de sí mismo. Necesita más que nunca separarse de su ser para no estar tan solo.
Yo nunca supe ser feliz, me parecía de tontos.
Como un sonámbulo se dirige a la cocina. El frío y la suciedad del suelo se cuelan por las plantas de los pies. Se sube al taburete y a tientas consigue alcanzar la botella, escondida años atrás. Abre el tapón y le da un sorbo rápido. Sabe a hiel. La debilidad es un trago amargo.

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