lunes, 28 de febrero de 2011

Vacaciones


Pensaba que quería viajar, dejarlo todo y levantar una vida. Sentir otra vez el sabor de las cosas por primera vez. Estar lejos de todo, de su civilización, de su cultura, de sus leyes y normas, esas que tan desgraciados nos hacen. Lejos de una sociedad que confunde crueldad y egoísmo con seguridad. Sería como volver a nacer.
Pero siempre quiero volver a mis calles, a mis bares, a mi jardín y a mis zapatos. Y vivir esa rutina, el dolor y la pena contigo. Porque eso también es vivir. Contigo.

2 comentarios:

  1. Sencillamente, es así. Nos vendan lo que nos vendan. Sencillamente, es así. Lo mío.

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  2. Es que cambiar de zapatos es siempre una operación arriesgada si los de toda la vida son cómodos. Ponerse un modelo rompedor puede resultar atractivo por un tiempo pero sueles acabar con los pies destrozados.
    De todas formas, recomiendo el uso de plantillas ortopédicas que permitan evolucionar hacia nuevos andares a partir de los propios zapatos.

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