viernes, 25 de marzo de 2011

Carpe diem

Viven como si esto fuera a durar para siempre. La vida se acaba y no sabemos cuándo: no hay mayor certeza. Y sin embargo, el mundo que nos rodea está planteado como si la Vida y la Tierra fueran eternos. Hay que pensar en el futuro. Qué absurdo, el futuro no existe.
Siempre lo he tenido presente, igual por eso no conozco la paciencia. Me preocupa y mucho dejar escapar las oportunidades. Los instantes de felicidad, por muy miserables que sean, hay que reconocerlos y aprovecharlos.
Por si mañana no estoy aquí para decirlo: carpe diem.

2 comentarios:

  1. Coincido con usted, el futuro no existe, sólo el pasado. Lo único que podemos hacer son planes a corto o a largo, objetivos o targets que dicen ahora. Si se cumplen nos sentimos bien, y si pasa lo de siempre, pues se busca un culpable y casi listo.
    Confieso que casi siempre se me escapa el presente pensando en el futuro y en el pasado. Quisiera cambiar esta actitud, pero me cuesta lo indecible.
    Sin embargo cuando he visto en la naturaleza que los perros esconden los huesos sobrantes para cuando falte, que los osos engordan a propósito para el invierno, o que las hormigas y abejas acumulan alimento en grandes cantidades para cuando escasee, cuando he visto eso y más cosas por el estilo, entonces me tranquilizo, me abro una cerveza, enciendo un pitillo y pienso en mañana disfrutando del presente. Parece que es natural.
    Yo espero que esté usted aquí mañana para leerle. Forma parte de mi particular carpe diem.

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  2. Me adhiero al análisis de vivir la vida al instante, intentando aprovechar todas las oportunidades, a riesgo de equivocarse por precipitación y darse un gran batacazo. Pegarse tortas forma parte de la vida, ¿no?

    De todas formas, a pesar de tan resuelta afirmación, tengo la sensación de que muchas oportunidades ni las huelo y otras se me resbalan de las manos como anguilas.

    ¿He dicho anguilas? Quizás sería mejor decir carpas. Así que "carpa direm".

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